¿Has probado reiniciar? la solución mágica de los informáticos no es un mito y tiene explicación técnica

Todos hemos ofrecido este consejo en alguna ocasión. O lo hemos recibido. De hecho, es una frase tan manida que poco a poco ha ido perdiendo su razón de ser hasta quedar relegada para muchos usuarios a un simple mito. Pero no lo es. No lo es en absoluto. En ocasiones reiniciar un computador, un smartphone o una tablet basta para resolver algunos problemas.

Antes de seguir adelante es importante que moderemos nuestro entusiasmo. Y es que un reinicio no es infalible. Los equipos informáticos pueden sufrir muchos problemas que no se van a resolver simplemente apagándolos y volviéndolos a encender. Los fallos que están provocados por un malfuncionamiento de algún componente del hardware no desaparecerán por arte de magia reiniciando nuestro dispositivo, como es natural.

Sin embargo, hay un amplio abanico de errores que tienen su origen en el software, y, a diferencia de los que afectan al hardware, sí pueden corregirse gracias al impacto que tiene un reinicio en el comportamiento del equipo. De hecho, estos son los fallos a los que, muchas veces sin ser realmente conscientes de ello, nos enfrentamos los usuarios con más frecuencia. Afortunadamente. Y buena parte de ellos tienen su origen en el sistema operativo, un componente del software que actúa como intermediario entre nosotros y el hardware de nuestro dispositivo.

La memoria principal es volátil, por lo que al apagar el equipo su contenido se pierde. Y al encenderlo, como acabamos de ver, se almacenan en ella los componentes esenciales del sistema operativo y las aplicaciones que estamos ejecutando. Los sistemas operativos primigenios nacieron en la década de los 50 de la mano de los primeros computadores, y todo el tiempo que ha transcurrido desde entonces ha permitido que cada vez sean más sofisticados, pero también más complejos.

Habitualmente el sistema operativo es capaz de identificar estos errores y subsanarlos sin que nos demos cuenta, pero a veces se desencadena una tormenta perfecta constituida por una serie de pequeños fallos que se precipitan en cascada e impiden que todo funcione correctamente. Este es el escenario que los usuarios solemos percibir como una ralentización excesiva de nuestro equipo, o, incluso, bajo la forma de mensajes de error o bloqueos inesperados.

La buena noticia es que hacer borrón y cuenta nueva en estas circunstancias es pan comido. Lo único que tenemos que hacer es, simplemente, reiniciar nuestro dispositivo. De esta forma, como hemos visto, la memoria principal perderá su contenido y durante el arranque los componentes fundamentales del sistema operativo volverán a cargarse en la memoria principal como si no hubiese pasado nada.

Un pequeño consejo para concluir y llevar a la práctica las ideas en las que acabamos de indagar: es recomendable reiniciar de cuando en cuando nuestros dispositivos, y con frecuencia los que más nos lo agradecen son nuestros teléfonos móviles debido a que algunos usuarios los mantienen encendidos durante periodos de tiempo muy prolongados. Y en estas circunstancias es probable que poco a poco el contenido de la memoria principal se vaya degradando. Afortunadamente, la solución es muy sencilla.

Fuente: xataka.com